Hoy domingo nos hemos levantado todos con ganas de trabajar. No es usual que los domingos trabajemos, pero aprovechando que había llegado un nutrido grupo de voluntarios hemos dedicado todo el día, incluida la tarde, a embellecer el lugar. Han venido amigos desde Asturias, de Madrid, de Barcelona, de Alicante e incluso de Austria. Algunos nos pusimos con los lavabos, los cuales están ya casi listos para empezar a funcionar. Otros limpiábamos la antigua era donde en siglos pasados se trillaba los cereales y donde hoy ha sido estrenada con una hermosa clase de yoga gracias a nuestra particular profesora Rosa. Otros cortábamos madera con la nueva máquina ingletadora gracias a la luz del sol para empezar la cúpula geodésica cuya base hemos estado haciendo durante toda la semana. Mucho trabajo y muchas ganas de trabajar durante toda esta semana que muchos vienen a compartir con nosotros para sentir la experiencia grupal.
La verdad es que ha sido una alegría poder ver como las cosas avanzan. Nos hemos alegrado mucho cuando han llegado los amigos de Barcelona, especialmente Mercé, la cual nos acompaña desde hace ya tres años en este proceso que al parecer ya se ha vuelto irreversible. A sabiendas de los momentos difíciles que este invierno hemos vivido, nos ha animado con su compañía, con su presencia, con su amor siempre incondicional. Amor es acción y ella lo demuestra desde su mágica presencia, desde su acompañamiento, con ese aura angélico tan especial.
También nos ha alegrado la compañía de los amigos asturianos, de Bego y Javier, los cuales se han puesto desde primera hora de la mañana, junto a nuestra querida Noe, a poner los lavabos en funcionamiento. Mañana además nos enseñarán a hacer chorizos veganos para deleitarnos en la mesa. Cada vez que vienen se nota ese plus de alegría y enseñanza, de compartir sin esperar nada a cambio. Su ejemplo sincero es para nosotros un motivo de esperanza y un fuerte impulso para seguir adelante.
Raúl nos aporta su magia, su sabiduría congénita que expresa libremente y su sincero trabajo y entrega. Ha cumplido con su palabra de hacer el primer domo geodésico en O Couso y quizás no el último. Va a ser muy emocionante cuando mañana empecemos a jugar con la magia geométrica y podamos ir colocando cada pieza en su lugar. Toda una lección de entrega incondicional y cariño por el proyecto lo cual agradecemos de corazón.
Luis ha venido muchas veces y esta semana no para de trabajar. El karma yoga lo lleva integrado en las venas. Es su forma de servir a la causa, de hacer lugares bellos. Nos ha encantado el trabajo que por las tardes, en sus ratos libres, hacia rehabilitando la vieja era, puliendo sus piedras y enfrascando el lugar en una nueva consciencia más armónica y bella. Algún día construiremos ahí un comedor lo suficientemente grande como para albergar a grupos más numerosos. Luis fue de los primeros que hizo nuestra experimental experiencia de veintiún días, un ciclo de tres semanas donde intentamos ayudar a profundizar en los tres pilares del proyecto: meditación, estudio y servicio.
Pronto los materiales de construcción se terminarán. Si no habéis podido venir a pasar unos días con nosotros pero queréis de alguna forma estar presentes en la construcción de los lavabos, los suelos, los tejados o la cúpula geodésica para nuestro particular “nature sanctuary”, edificio que estamos construyendo para honrar la memoria de los pioneros de la comunidad de Findhorn, podéis echarnos una mano con una aportación en la cuenta de la fundación.
Fundación Dharana, Triodos Bank: ES54 1491 0001 2121 2237 2325
Gracias a todos por estar ahí… pronto más noticias de los avances…